En los últimos días noto una gran desesperación por reactivar la industria de las bodas, llevamos más de cuatro meses totalmente paralizados, llenos de incertidumbre, estudiando protocolos que se ven muy “bonitos” y específicos en papel pero que en la práctica se convierten en una verdadera pesadilla. La desesperación e incertidumbre parecen insostenibles en nuestro sector cada día que pasa.

 Hoy me pregunto ¿es tanta nuestra urgencia por volver a las bodas que somos capaces de pedirle a los familiares que no se abracen?, ¿es tanta nuestra urgencia de reactivar nuestro sector que preferimos no montar pistas de baile y no dar alcohol para evitar que la gente pierda el miedo y se divierta?, ¿tiene sentido entonces buscar “reactivar nuestra industria” cuando no vemos las condiciones para hacerlo? No es esta forma de “reactivarnos” una forma de “destruir” lo verdaderamente valioso de las bodas, el poder compartir con nuestros seres queridos, besarnos y abrazarnos sin ningún temor.

 Le he dado tantas vueltas en mi cabeza a estas ideas de protocolos y de opciones para celebrar y llego a la misma conclusión, ¿cuál es entonces el sentido de hacer una boda o un festejo si no puedes abrazar, besar y divertirte con tus seres queridos? Reactivar el sector, en estas condiciones, a título personal se me quitan todas las ganas de hacerlo.

 Yo también como todos, extraño en el alma no tener eventos, me duele el corazón cuando las novias me preguntan para cuándo creo que podremos volver a los eventos y no les puedo dar una fecha, me duele el estómago cada mañana que escucho la cifra de contagios y ver la gráfica que sigue sube y sube como si no hubiera poder humano para lograr aplanar la curva.

 De todo este tiempo de pausa, algo he aprendido, debemos de entender que lo económico no siempre es lo más importante y que ¡sí! urge reactivar el sector, un sector que se está desangrando, pero antes que nada está la salud y la responsabilidad, porque sin salud no tenemos nada. Ojalá cada vez lo tengamos más claro y entendamos que esta es una gran oportunidad para valorar lo verdaderamente importante de la vida y explotar nuestro lado creativo para poder reactivarnos de forma segura y responsable, generando eventos que cumplan con todas las especificaciones de bioseguridad en el momento en el que podamos hacerlo, cuando la pandemia esté controlada.

La gran pregunta que le hago hoy a todos los profesionales de la industria es: ¿Somos capaces de reactivarnos sin destruir lo que hasta ahora hemos logrado como industria? Estoy segura que sí, que la prudencia, el trabajo en equipo y la prioridad de todos sea hoy la salud, diversifiquemos en el proceso, apoyemos consumiendo los productos y servicios que promueven nuestros colegas, hoy el trabajo colaborativo, la empatía y la prudencia son necesarias en nuestra industria, te invito a que todos los días lo pongamos en práctica. ¡Ánimo! Que esto también pasará.

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