Marzo se siente cercano y lejano a la vez. Es el mes antes de la pausa, de nuestra última boda y la que en Momma Weddings marcó la tendencia de las bodas petite. Bodas pequeñas pero llenas de magia, pues las envuelve un ambiente de puro amor. 

En Momma Weddings disfrutamos todo tipo de bodas, aunque siempre recomendamos a nuestras parejas compartir su gran día con las personas más importantes de sus vidas, ya que hemos confirmado que cuando los invitados realmente quieren a la pareja, se siente felicidad por todas partes y la boda se vuelve más memorable. 

Pamela y Ernesto se conocieron hace muchos años. Todo empezó en secundaria cuando Ernesto vio a Pamela, la niña de ojos azules más bonita de la escuela, y decidió organizar una fiesta (aunque NO le gustan las fiestas) para conocerla. Ernesto dudaba si Pamela aceptaría ir a la fiesta, pero afortunadamente el plan funcionó y su historia de amor comenzó. Años después, los sueños de cada uno los llevaron a vivir lejos por un tiempo: ella, una modelo y organizadora de eventos en CDMX; él, un músico en Nueva York. Sin embargo, la distancia y el tiempo solo hicieron su relación más fuerte y tras 10 años de noviazgo, el 7 de marzo de 2020 unieron sus corazones para siempre. 

Estos enamorados supieron desde el inicio que iban a casarse, pero esperaban hacerlo en el momento perfecto para que ella también pudiera irse a Nueva York. Por coincidencias de la vida, el tan esperado momento llegó de repente, así que en diciembre decidieron que se casarían en marzo y la planeación del gran día comenzó con tan solo tres meses. 

¿Planear una boda en 3 meses? #ChallengeAccepted! 

Para Pamela, planear la boda en 3 meses fue más un reto que un motivo de preocupación. Encontró un vestido con el que lució una hermosa silueta, y aunque se tuvieron que cambiar los primeros helados artesanales por otros helados artesanales, podemos decirles que todo salió a la perfección.

Pamela y Ernesto tuvieron una pequeña boda de ensueño y la disfrutaron entre mesas largas y bajo luces de focos y estrellas que brillaron toda la noche. Brindaron, bailaron y se divirtieron con 120 invitados que fueron seleccionados cuidadosamente. Además, la ceremonia fue una de las más bonitas e íntimas que hemos visto, pues los casaron la hermana de la novia y el mejor amigo del novio. Ambos contaron anécdotas divertidas de la relación, y lograron transmitirnos a todos el gran amor que ya existía y que se consolidó en esa unión.

Sin saberlo, ese día de marzo presenciamos la primera boda petite en Momma Weddings y podemos contarles con toda seguridad que… ¡nos encantó! 

Las circunstancias actuales han cambiado y aunque sabemos que adaptarse al cambio no es fácil, las bodas petite también son mágicas y nos dan la oportunidad de volver a la esencia de una boda que es celebrar el verdadero amor.

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