Soy amante de las historias, sí, pero mucho más de esas que trascienden a la misma pareja y se van tejiendo gracias a su participación en otros temas. Y es que hay que ver más allá de lo que nos rodea, sin duda, sobre todo para entender el amor, de qué está hecho y cómo nutrirlo. La historia de Lorena y Raúl empezó en una organización que apoya a jóvenes adolescentes, y aunque el encuentro no fue inmediato, gracias a Magaly fue que coincidieron, se encontraron y se unieron para siempre. Esta boda en Monterrey, por dondequiera que la veas, es una verdadera joya.

Lorena era psicóloga de esta organización, ahí conoció a Magaly, y Raul era parte del grupo de apoyo y, casualmente, padrino de Magaly. La presentación entre ambos fue por correo para coordinar una cita de asesoría. La relación siguió algún tiempo por mail, hasta que llegó el día de salir por ese inocente (y no tanto) café. Meses antes del primer encuentro, Magaly fue quien se hizo parte de la aventura y con un “ya dijiste. Te voy a presentar a mi padrino” (y seguro sin darse cuenta en ese momento) empezó una de las historias de amor más lindas que han pasado por el blog.

Esta boda en Monterrey es una joya visual, sí, pero sobre todo un tesoro de esos que vale la pena admirar por su importancia y por el peso de una historia que empezó, incluso sin haber iniciado con los protagonistas. ¡Wow!

La boda tenía que ser como este par: especial, con intención y mucho significado. Es increíble toda la ola de emociones que pueden despertarse a través de una serie de fotos, pero es que el amor no engaña y cuando es verdadero se siente a la distancia como si uno fuera parte presente de la historia. Lorena eligió un vestido de novia de lo más elegante con escote en V y un marco en la espalda mega romántico. El tocado de flores para la ceremonia y la segunda opción con pedrería fueron el acento ideal para hacer un ligero cambio de look en el mismo styling. La gama de colores me encantó: rosas, anaranjados y amarillos sutiles para darle más energía a esta historia.

La ceremonia, por supuesto, fue una de mis partes favoritas. Nada se compara con la conexión de dos personas que se quieren, y se quieren para siempre. Lorena y Raul compartieron su “sí, acepto” con sus personas favoritas (por supuesto que no podía faltar Magaly) y entre esas miradas de felicidad de quienes son testigos del inicio de una gran historia que, sin duda, jamás podría terminar. La recepción al aire libre fue perfecta para seguir con este espíritu de magia, una palabra que acompañó en todo momento esta boda en Monterrey.

Mesas y sillas de madera, caminos de mesa con telas naturales, follajes, velas, cristales y, por supuesto, una comida deliciosa para hacer aún más enriquecedora esta experiencia para los sentidos. Una boda en donde los abrazos, las manos unidas, las miradas, los pasos de baile y las lágrimas de emoción rehicieron la fórmula perfecta para vivir, de otro modo y siempre con esencia, el verdadero amor. Ese que es para siempre. Ese que es uno.

Descubre más detalles de esta boda en Monterrey:

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Conoce al equipo:

Fotografía: Mario Tijerina | Wedding Planner: Vainilla Wedding Planners | Tocado: El Taller | Diseño floral: La Distribuidora MTY | Mobiliario: Veinte Cero Nueve Eventos